jueves, 31 de octubre de 2013

Poco es tanto... (Colaboración de Milo-Kun)



Poder; aquello que mucha gente anhela y de lo que otros tantos presumen; fuente de envidias e idolatrías; traiciones y alabanzas... A lo largo de la historia de la ficción, hemos podido ver cómo alrededor de ese punto han girado miles de historias, y considerando que el tema permitiría abordar varios pasajes y que por algún lado habría que comenzar, en esta ocasión lo trataré desde la perspectiva de un gran amigo que ha querido hacer una aportación como regalo en mi 34º cumpleaños, que moldearé y regalaré en su transición a la tercera década: el gran Milo Atreides.

La versión cinematográfica de X-Men comienza con una escena bastante común en la adolescencia, en la que una encantadora chica embriagada de amor se dispone a dar su primer beso. Caras sonrojadas, respiraciones entrecortadas, la inquietud ante tan inminente primer momento,... todo ello presuponía un momento mágico que por caprichos de la evolución genética, fue arrebatado de los brazos de la joven Pícara al contemplar con horror cómo el aspecto de su novio se iba consumiendo hasta las puertas de la muerte.

Anne Marie pudo comprobar que al igual que ciertas personas que empezaban a darse a conocer en el mundo era mutante, y que tenía el poder de absorber la energía vital, los recuerdos y los poderes (de tenerlos) de aquellos a quienes tocara aunque con un considerable descontrol de los mismos, y con las graves consecuencias que puedes imaginar. Por ello, aunque la joven Pícara podía obtener todo el poder que deseara, cuando se le presenta la oportunidad de desprenderse para siempre de su particularidad no lo duda un instante. Aspectos tan simples y cotidianos como pueden ser una caricia, un beso o un simple abrazo, eran para ella algo prohibitivo y anhelado, y al lado de estas pequeñas grandes cosas todo el poder del mundo carecería de sentido.

En la vida nos solemos encontrar con personas que nos animarán a conformarnos con lo que nos viene, otras que estarán cegadas por el ansia de éxito o reconocimiento, y otras que mientras se encuentran o avanzan por el camino, olvidan que muy posiblemente su destino se encuentra bajo sus pies. El ansia nos ciega, y la apatía nos consume, pero mientras avanzamos por la senda no debemos olvidar...

...que la grandeza suele estar en esas pequeñas cosas que nos rodean, o como decían los Héroes: "poco es tanto, cuando poco necesitas".



Imagen con licencia CC cortesía de Vincent Milum Jr.

PD: Muy seguramente habrás pensado que Anne Marie podría haber mantenido su "don" e intentar con el tiempo aprender a controlarlo, pero bajo su perspectiva, y en ese hipotético caso, mientras llegara o no ese ansiado día... ¿cuántas pequeñas cosas habría dejado por el camino? Recuerda que solo tú debes decidir dónde se encuentra el equilibrio entre la entrega o la recompensa y el sacrificio pudieran implicar.

PD2: En aquella moraga en julio de 2005 junto a la barbacoa, nuestra atención estaba en el fuego mientras se hacía la comida, pero aquello no impidió que con el paso del tiempo nos diéramos cuenta de que lo que parecía justo lo contrario fue la chispa que prendió esta amistad que tanto valoro.  Fran, muchas gracias por tu aportación y espero que mi versión no haya hecho que te eches las manos a la cabeza. Un fuerte abrazo, caballero Jedi.


miércoles, 23 de octubre de 2013

Los Apuntes del Joven Padawan Volumen 9




El Maestro Jedi...


... entiende que hay fuerzas cuya inestabilidad crece exponencialmente bajo control directo.

... elige meticulosamente al destinatario de un secreto.

... conoce, trabaja y custodia sus puntos débiles.

... es consciente de que aquello que le debilita es mínimo frente a lo que le fortalece.

... sabe cuándo y qué promesas incumplir.

... cuando un problema se presenta de igual forma en distinto lugar, se plantea su posible implicación.

... es paciente, pero no espera el momento perfecto y actúa.


Imagen con licencia CC cortesía de WilmeTanabi.

jueves, 17 de octubre de 2013

... Esperando el Momento.


(Antes de comenzar a leer este pasaje, si no leiste el anterior post sobre Homeland o su tercera temporada y tienes intención de hacerlo, no sigas leyendo.)

jueves, 10 de octubre de 2013

Casas... ¿encantadas?


Después de una semana cargada de trabajo e ilusión, por fin he podido sacar un claro para como tenía pensado, sentarme y componer un nuevo pasaje dejando para otra ocasión aquellos que todavía tengo macerando en el tintero:

La duda, puede surgir al plantearnos situaciones o ubicarnos ante disyuntivas que como vimos anteriormente, y tanto si acertamos en la elección como si no, podemos aprender de ello haciéndonos mejorar en el camino del Jedi. De hecho... como podría extraer de "El Vacío de La Fuerza", hay Maestros que se cuestionan con bastante frecuencia si son merecedores de tal título, o si la forma en la que aprenden o enseñan el uso de La Fuerza es la correcta, pero muy posiblemente olvidan considerar que aquel que no se plantea dichos interrogantes, muy posiblemente esté lejos del sendero de la sabiduría y la experiencia. Y hablando de dudas, preguntas y disyuntivas... siempre hay una que me suele venir a la cabeza desde que me hice aficionado al cine de terror, y en particular al referido a las casas encantadas:

Si hay fantasmas en la casa... ¿¿¿Por qué no se van???

Ciertamente, si los entes del más allá están ubicados en un lugar concreto y la cuestión se puede solucionar por la vía rápida podría ser muy recomendable, pero bajo esta pregunta que hace referencia a un problema en principio con fácil solución, puede haber latente una realidad bastante más compleja: 

Así por ejemplo, en una antigua película producida y co-escrita por Steven Spielberg, al final de la misma sus protagonistas terminan cambiando de casa, sin embargo en la secuela de la misma vuelven a encontrar espíritus, por lo que terminan abandonándola para intentar solucionar el insistente mal, que como era de esperar vuelve a aparecer en la tercera y última entrega.

Por ello y considerando lo expuesto hasta el momento, si encuentras espíritus en tu casa, decides mudarte y los vuelves a encontrar, repites el proceso y obtienes idéntico resultado...

... quizás deberías plantearte que el problema podría no estar en la casa.

Imagen con licencia CC cortesía de Ricargo Aguaceril.

PD: Este pasaje va dedicado a la Delegación de Estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, a todos los que asistieron a mi ponencia "Aprender de la Ficción: Los Apuntes del Joven Padawan", y a alguien que me recordó mucho a mí en mis inicios como "Guerrero de la Luz": la simpatiquísima Ester Ciria.

viernes, 4 de octubre de 2013

Promesas que... ¿cumplir?


Como ya leíste no hace mucho tiempo, faltar a una promesa puede tener graves consecuencias, motivo por el cual como vimos en "Dueños y Esclavos", lo procedente quizás sería considerar con la seriedad que merece el comprometer o no nuestra palabra. A pesar de ello, y muchas veces motivados por la inercia o por otros aspectos que consideraremos en algún otro pasaje, nos vemos implicados en una peliaguda responsabilidad.

En Rocky IV, el potro italiano fue retado por un desconocido boxeador ruso a realizar un combate de exhibición con objeto de limar asperezas entre ambas naciones. Al conocer la noticia, su amigo Apollo Creed, que ya había colgado los guantes pidió volver al cuadrilátero para defender los colores de su país en lugar del campeón de los Estados Unidos.

(Si no has visto la película y pretendes hacerlo, te recomiendo que no sigas leyendo)