sábado, 31 de marzo de 2012

Cuando queremos cambiar algo...



Mi primer recuerdo respecto a la lectura lo ubico en una mañana de domingo, tumbado junto a mi padre leyendo un cómic del Hombre Araña. Muy curiosamente me llamaba la atención cómo mi padre enfatizaba su voz según el momento y el personaje mientras yo miraba las viñetas y unos jeroglíficos que poco más tarde supe que se llamaban letras y palabras. Aquellas ilustraciones reflejaban la batalla contra el Rino, y normalmente todos recordamos de Spiderman cómo subía por las paredes y lanzaba redes para vencer con su fuerza arácnida a sus peores enemigos, pero por muchos motivos diferentes a estos elegí al arácnido como mi súper héroe favorito...

Peter Parker, incluso después de ser mordido por la araña radiactiva* que le otorgó su poder,era un muchacho huérfano de padre y madre que vivía con su anciana tía May y tenía que trabajar como fotógrafo para poder pagarse sus estudios como científico, y además, llevaba una doble vida como súper héroe que le causaba muchos más problemas a su vida personal.

Uno de esos problemas los tuvo entre otras con Mary Jane Watson, una chica muy divertida y preciosa con la que intentó salir en varias ocasiones, pero que por culpa de los ataques de personajes como el Rino, Electro o el Duende Verde tuvo dejarla plantada para gran enfado de una mujer que además, tenía un enorme carácter.

Tiempo después y cuando ya eran pareja, Mary Jane llegó a conocer la doble identidad de Peter, y tras un periodo marcado por grandes discusiones y peleas le pidió a su novio que colgara las mallas por todo lo que implicaba ser Spiderman.

Sin embargo, cuando Mary Jane conoció a Peter, éste ya era Spiderman.


PD: En la versión actual de Spiderman, la araña que brinda los poderes a P. Parquer ha sido manipulada genéticamente.

Foto CC cortesía de Mafis75.

viernes, 30 de marzo de 2012

La soberbia y la perseverancia



Hace unos años un amigo se encontraba en una paradójica situación: acababa de montar un buen negocio que al poco tiempo estaba muy bien encaminado a amortizar su inversión, y a su vez estaba pasando por una muy mala racha. Se sentía muy vacío y desorientado a pesar de su buena situación, y que desde niño siempre sacó buenas notas, en la adolescencia tuvo éxito con las chicas, y siempre, fuera cuando fuera, conseguía todo lo que se proponía. Después de hablar largo y tendido, le conté el episodio de los Caballeros del Zodiaco en el que Seiya (Pegaso) se enfrentó a Misty, el legendario caballero de plata:

Seiya y sus amigos seguían resistiendo contra las hordas del Santuario que pretendían eliminar a Saori, la reencarnación de Atenea. Por ello, y con ánimo de dar un golpe definitivo, el patriarca mandó a uno de sus mejores hombres a acabar con ellos. El Caballero de Plata de por sí estaba una categoría por encima de Seiya, pero además de ello nunca había sufrido una derrota, era enormemente soberbio y estaba obsesionado con su  propia belleza.

Nada más comenzar su combate con Seiya, le asestó lo que él consideró un golpe definitivo con "tan mala suerte" que un poco de la sangre de su rival manchó su impoluta piel. Creyendo a Pegaso derrotado, se desprendió de su armadura y completamente desnudo procedió a darse un baño purificador en el mar. Sorprendentemente, Seiya no había sido vencido, por lo que al aparecer de nuevo en el combate tenía a su merced al poderoso caballero de plata.

Como comentamos en el pasaje anterior, los valores de estos jóvenes en ocasiones eran demasiado rigurosos y desmesurados, por lo que Pegaso permitió a Misty volver a ponerse su armadura de plata a pesar de que se le iba la vida en ello. Armado de nuevo con su armadura, Misty pidió a Seiya que abandonara el combate ya que no tenía posibilidad alguna de vencerle, y fue el momento en que tuvieron la siguiente conversación:

 Seiya: Hay muchas cosas que no sabes de mí...

-  Misty: ¿como cuáles?

- Seiya: Que las derrotas nos enseñan más que el mejor de los entrenamientos, y a ti jamás te han derrotado. ¿Sabes lo que significa el afán de superación? Desconoces muchas cosas porque jamás has sufrido por ellas

Finalmente, Pegaso resultó vencedor.


PD: Los caballeros del Santuario se dividían en 3 categorías separadas por una enorme distancia: bronce, plata y oro. Los protagonistas de la serie pertenecían a la primera categoría, y a priori, eran mucho menos poderosos que las otras dos.

Foto CC cortesía de ~Brenda-Starr~

martes, 27 de marzo de 2012

El enorme peligro de la culpa



Muchas noches, cuando las nubes, la contaminación y la propia luz nos permiten alzar la vista, podemos ver miles de estrellas que forman preciosas constelaciones que albergan miles de historias. De muchas de ellas nació un ánime que para los de mi generación marcó una época junto a Bola de Dragón: Los Caballeros del Zodiaco. Entre ellos, encontrábamos a míticos caballeros como Pegaso, el Dragón, Andrómeda,  el Fénix y un largo etcétera, que con poderosas armaduras y el cosmos como fuerza vital luchaban por defender a los inocentes de las despiadadas fuerzas del mal.

De esos jóvenes luchadores aprendimos el valor de la amistad y la fidelidad hacia los tuyos, aunque en ocasiones alguno de estos valores era brutalmente exacerbado.

Uno de los personajes con más trascendencia en la serie era Hyoga (el caballero del Cisne) que desarrolló su periodo de aprendizaje en las frías tierras de Siberia junto a otro joven llamado Isaac. Como algunos ya sabéis, cuando Hyoga era niño perdió a su madre en un naufragio, quedando ésta y la embarcación sepultados bajo una gruesa capa de hielo, motivo por el que a lo largo de la serie podemos ver en contadas ocasiones cómo rompe esa capa y bucea para volver a verla. Sin embargo, la primera vez que concentró suficiente cosmos y consiguió romper la gruesa capa de hielo, fue arrastrado por una gran turbulencia, e Isaac, su compañero de entrenamiento, tuvo que lanzarse a salvarle la vida con tan mala suerte que un afilado trozo de hielo le hizo perder el ojo izquierdo...

Años después, Hyoga e Isaac volvieron a encontrarse, pero esta vez en un combate a muerte puesto que el primero intentaba proteger a la humanidad de un terrible maremoto provocado por los caballeros de Poseidón, entre los que militaba Isaac, el caballero del Kraken. Durante el combate, Isaac recriminó con insistencia a Hyoga que por su imprudencia había perdido su ojo, lo cual provocó en el caballero del Cisne un enorme malestar y un desorbitado sentimiento de culpa que le llevó a pedirle a su rival que para compensar le quitara a él el mismo ojo. Finalmente...

... ni la culpa de Hyoga, ni el reproche de Isaac quedaron saciados, pero ambos perdieron un ojo y un amigo para el resto de sus vidas.


PD: Cuando hablamos de "anime", nos referimos al Manga en vídeo.


Fotografía con licencia CC cortesía de zdeto

sábado, 24 de marzo de 2012

Los apuntes del joven padawan


El maestro Jedi...


...lee entre líneas y escucha a su corazón.

...valora lo que le queda tras una pérdida, y lo que puede conseguir con ello.

...escucha, pero controla sus impulsos.

... se equivoca, pero entiende que es parte de su humanidad y busca ayuda si la necesita.

...es realmente libre de elegir.

...está preparado para asumir la verdad.

...a pesar de ser Maestro, no olvida al joven padawan de su interior.


Foto CC cortesía de Gandalf

...y que nuestro pequeño padawan nos acompañe



En la saga "La Guerra de las Galaxias" los padawan son los alumnos de los maestros Jedi, que son adiestrados en el largo camino de La Fuerza, y todos, tenemos en nuestro interior uno de esos jóvenes aprendices esperando despertar para hacernos seguir aprendiendo durante toda la vida. Tomar conciencia de la necesidad de despertarle o darnos cuenta de que ya está está aprendiendo es fundamental para evitar al lado oscuro.

Con este pequeño guiño a esta gran saga de películas (haré algunos más) cerraré esta primera semana de "Mi blog de autoayuda" con los apuntes del padawan, y una frase que acuñé hace ya algún tiempo:

"El ser humano debe concebir la vida como un continuo proceso de aprendizaje y mejora. En caso contrario, no se distinguirá del resto de las especies."

Foto CC cortesía de telmah.hamlet




viernes, 23 de marzo de 2012

... y la curiosidad mató al gato


En mi época universitaria descubrí un director no muy famoso para la inmensa mayoría de la población, pero que tiene gran reconocimiento en un peculiar tipo de películas: Kevin Smith.

Después de haber visto "Mallrats", "Clecks", "Dogma" y "Jay y Bob el Silencioso Contraatacan" decidí visionar una de sus películas que se apartaba del tono friki-burlesco que tanto le caracteriza, y que como es obvio será el vehículo para comunicar el presente pasaje: "Persiguiendo a Amy".

En este film, un joven Ben Affleck conoce a una chica fantástica de la que se termina enamorando y vive una extraordinaria historia. Alyssa era divertida, simpática, guapa, muy atractiva, y además encajaba con él de una forma asombrosa. Cierto día, Holden (el personaje interpretado por B. Affleck) en una conversación escucha cierto rumor de índole sexual acerca del pasado de Alyssa del que fue incapaz de desprenderse. La relación entre ellos dos comenzó a deteriorarse (a pesar de que la chica desconocía la razón del malestar de su novio) hasta que la curiosidad consumió completamente a Holden y se lanzó al barro preguntando abiertamente si el rumor era cierto o no.

(Si quieres ver la película, no deberías seguir leyendo hasta haberlo hecho)

miércoles, 21 de marzo de 2012

Siempre hay una disyuntiva ante la cual...



Unos meses antes de tomar mi particular "píldora roja" pude disfrutar de una película que me hizo pensar con mucha intensidad: "El Efecto Mariposa" de Ashton Kutcher.

En ese film, el protagonista tenía el particular poder de cambiar el pasado y generar un nuevo presente. Todos en alguna ocasión hemos querido volver atrás y hacer otra elección, pero nuestro actual protagonista, a medida que usaba su habilidad iba empeorando las cosas más y más hasta arruinar completamente su vida, y solo consiguió volver a la normalidad cuando entendió que la mejor opción era no usar su poder y vivir el presente.

Por todo ello, lanzo la siguiente pregunta:

Mañana cuando despiertes... ¿Puedes elegir si ir a trabajar o no?

Piensa muy bien tu respuesta, y reflexiona sobre ello.


Fotografía CC cortesía de aussiegall

martes, 20 de marzo de 2012

Cuando nos apartamos del camino



Hoy, me he llevado una grata sorpresa al comprobar que un gran amigo ya está usando este blog para trabajar ciertos aspectos de su vida. En este caso en particular, que alguien tan cercano me hable de "con qué ojos vemos el mundo" como un apoyo es un honor tan grande que se merece cuando menos, dedicarle el presente pasaje. Evidentemente, no revelaré su identidad, pero diré que se formó para uno de los oficios en los que jamás podría realizar su trabajo con Supermán.

Por lo que he podido comprobar, el hombre de acero es un personaje muy querido por muchos de nosotros no sólo por sus grandes poderes, sino por su admirable personalidad, ya que es un hombre justo, comprometido, amable, simpático y que además... nunca miente. Sin embargo, una de las veces que Lex Luthor quiso usar la kriptonita contra nuestro héroe, ante la falta de materia prima tuvo que combinar ciertos elementos para generar una de carácter sintético con propiedades que no podía imaginar. En esa ocasión, el compuesto kriptoniano no mató a Supermán, sino que le volvió apático, despectivo hacia los débiles, agresivo,... e incluso comenzó a tener problemas con el alcohol.

Evidentemente, nuestro héroe buscó en su interior y tras una dura batalla consiguió vencer al mal que le consumía por dentro, volviendo a ser el increíble ser que era hasta el momento. No obstante, a pesar de que Lex Luthor siempre realizaba actos despreciables, en el momento que más delicado de Supermán, la rabia de sus seguidores hacia él era inmensamente desmesurada en comparación a la que dirigían al malechor, y solo el sincero e inocente calor del corazón de un niño fue el que ayudó al hombre de acero a retomar su vida.

Incluso los seres más poderosos tienen derecho a equivocarse y necesitan nuestro calor en los momentos que menos lo merecen, y de igual forma, errar es mucho más fácil y se hace notar mucho más cuando la pureza de tus actos es la que guía tu camino.


Fotografía con licencia CC cortesía de B Tal

domingo, 18 de marzo de 2012

Las palabras de la ira



Antes de compartir este segundo pasaje, aclararé que en muchas ocasiones mostraré a determinados personajes en momentos y situaciones que no han sido reflejadas en el cómic, el cine o la televisión. Es decir, con objeto de transmitir un determinado mensaje usaré mi imaginación para presentarlos de tal forma que puedan reflejar aquella parte de su ser que nos convenga conocer, o su forma de resolver (o no) los problemas que se les plantean.

Centrándonos en el pasaje que ahora nos acontece me remontaré a la primera vez que fui al cine. En aquella ocasión, mi padre organizó una excursión con su colegio para ir a ver Supermán III, y por tanto, hoy hablaremos del súper héroe kriptoniano, y aprovecho la coyuntura para agradecer a mi progenitor que me orientara al fantástico mundo de la ficción.

Como ya sabréis, el sol amarillo de nuestro sistema solar brindaba a Clark Kent inmensos poderes que le hacían invencible ante cualquier ataque, por lo que su archienemigo Lex Luthor, no conseguía derrotarle por más empeño que pusiera, y desesperaba por encontrar el punto débil del súper hombre.

En cierta ocasión, en una entrevista con Lois Lane (que al día siguiente fue publicada), Supermán comunicó entre otros aspectos de su personalidad su planeta de procedencia: Kripton. A raíz de ahí, Luthor dedujo que la kriptonita al menos... le debilitaría,  y por tanto, el plan era potencialmente sencillo: solo habría que provocarle para que apareciera y usar el poder de la kriptonita para derrotarle. Sin embargo, la personalidad de nuestro héroe era imperturbable, y parecía no atender a ningún tipo de provocación hasta que en cierta ocasión algún otro malechor realizó un ataque hacia la población civil al que Supermán respondió con una ira que no había manifestado hasta el momento.

A partir de ese instante, todos los ataques de Lex Luthor hacia Supermán, comenzaban con los inocentes como primer objetivo, y con la kriptonita como el primer elemento de sus armas.

PD: En esta, y en la mayoría de las ocasiones, dejaré que seas tú quien extraiga el mensaje principal del pasaje.

Fotografía CC cortesía de funkyah

sábado, 17 de marzo de 2012

¿Con qué ojos vemos el mundo?



Muchos de nosotros no conocemos a "Daredevil", y en este primer pasaje me apoyaré en él, no por su significatividad para mí como personaje, sino por la primera idea que me gustaría compartir:

Cuando Matt era niño perdió algo enormemente valioso para cualquiera de nosotros, a pesar de que por su prácticamente eterna presencia no solemos prestarle demasiada atención... la visión. A partir de ese momento se sintió solo e indefenso, y en ocasiones incluso era fruto de las burlas de otros chavales que desfogaban su inseguridad riéndose de su impedimento. Cualquiera habría maldecido a su suerte, pero el joven Matt Murdock se sobrepuso, y con la ayuda de un maestro en artes marciales llamado "Stick" consiguió desarrollar el resto de sus sentidos hasta tal punto que llegó a convertirse en un héroe que durante el día ejercía de abogado gracias a sus estudios de braille, y por la noche impartía justicia como Daredevil (El hombre sin miedo)...

Si perdemos algo muy valioso para nosotros, debemos valorar lo que nos queda y todo lo que podemos conseguir con ello, en lugar de centrarnos en lo que ya no tenemos.

PD: Este primer pasaje se lo quiero dedicar a quien se convirtió en una de mis grandes pérdidas, y que a pesar de ya no estar entre nosotros me sigue acompañando y transmitiendo su sabiduría desde "un lugar mejor". José Antonio, te sigo echando mucho de menos.

PD2: Estimado lector, no olvides mirar "El porqué de este blog" y las "Instrucciones para trabajar con este blog".


Fotografía con licencia libre cortesía de AcnurLasAmericas

Instrucciones para trabajar con este blog



En esta segunda entrada, comentaré las sencillas instrucciones que hay que seguir para exprimir al máximo las ideas que en este blog se comunican.

Simplemente tienes que leer individualmente cada una de las entradas y no pasar a la siguiente hasta que hayas sacado tu propia versión del significado que le puedas atribuir, o como me dijo en su día un gran amigo:

"Lee entre líneas y escucha a tu corazón"


Fotografía con licencia CC cortesía de Greg Gladman

viernes, 16 de marzo de 2012

El porqué de este blog


Antes de que Thomas Anderson (Neo) tomara la píldora roja ya notaba que algo no iba bien en su vida... algo no encajaba. Tenía su trabajo, su casa, sus aficiones, cierto reconocimiento en la red, y además gozaba de buena salud. Como él, muchos de nosotros en algún momento hemos sentido que éramos diferentes por nuestra forma de ser o pensar, y hemos comprobado que no encajábamos demasiado en el contexto en el que nos desenvolvíamos. Sin embargo, si seguimos con el símil en "Matrix", a partir de que Thomas Anderson tomara la píldora roja y comenzara no solo a conocer el mundo real, sino a sí mismo, llegó a tener grandes camaradas que jamás pensó podría tener, y consiguió dominar el mundo que le rodeaba.

En este pensamiento... el autoconocimiento y su uso para desenvolvernos en el entorno se basa el trabajo de este blog, en el que a través de pequeños pasajes basados en los personajes que tanta vida me han dado desde mi infancia, intentaré compartir lo que modestamente he aprendido en el mundo del autoconocimiento.

Para terminar esta primera entrada, matizaré que todos en algún momento hemos admirado la capacidad de deducción de Sherlock Holmes, la fuerza arácnida de Spiderman, el carisma de Jack Shephard o la sensualidad de Catwoman, sin embargo, todos ellos tienen algo en común: detrás de grandes cualidades había personas normales y corrientes que dejaron al lado sus inseguridades y llegaron a exprimir al máximo sus potencialidades sin dejar de ser de una forma u otra... humanos.

Aquí comienza... "Reflexión en Serie" (mi blog de autoayuda).

PD: Hace 6 años que tomé la píldora roja.

Fotografía con licencia CC cortesía de ThomasThomas