jueves, 25 de abril de 2013

Los arqueros de Arboria



Cuando era niño y caía enfermo varios días por algún resfriado o alguna dolencia similar, mi tío Juan solía prestarme una cinta de vídeo con 2 cortes muy significativos: "El León y la Gacela" y un episodio del mítico "Flash Gordon". Hoy, mientras la melancolía me hace girar el cuello esperando escuchar el timbre seguido por el sonido característico de aquellos pasos acercándose por el pasillo, tomaré como centro de interés a aquél fantástico jugador de los New York Jets para hacerte reflexionar una vez más.

Flash llegó por accidente a Mongo, un planeta que iba a invadir La Tierra por orden del despiadado Ming, que gobernaba a placer favorecido por las grandes discrepancias entre aquellos que querían abolir su dictadura (entre los que destacaban los hombres halcón de Bultan y los arqueros de Arboria). El terráqueo de pelo rubio, a diferencia de muchos de los personajes del mundo del cómic no tenía ningún tipo de súper poder, y únicamente a través de la amistad, el diálogo, el compañerismo y un enorme carisma consiguió unir a todos los pueblos de Mongo y derrocar al desalmado Ming, a pesar de ser extranjero.

Años después de la liberación los protagonistas de esta melancólica serie decidieron reunirse, y por supuesto, en el reencuentro, y recordando la hazaña, todos tenían palabras de elogio para Flash y Dale (su amada esposa) y se alegraban mucho de volver a verlos. Sin embargo, entre todas las expresiones hubo una que llamó la atención del salvador de Mongo: 

Al verle el príncipe Barin, que siempre se caracterizó por una significativa soberbia, se acercó a Flash, observó los surcos que el paso de los años había acentuado en su cara, y en tono claramente burlesco le dijo: ¡¡¡Eh Flash!!! ¡¡¡Te estás haciendo viejo!!! ¡Pronto tus rizos de oro pasarán a ser de plata y tendrás la barriga de Bultan! ¡Jajaja!

A pesar de que nuestro protagonista no encajaba muy bien el paso del tiempo por su cuerpo, al escuchar el quizás poco apropiado comentario se acercó al príncipe de Arboria recordando su apoyo de antaño, y al igual que a los demás le dio un abrazo haciendo caso omiso del mismo. El motivo... porque entendía que además de la especial dificultad para alguien como él (Barin) de cara a asimilar que un foráneo le robara todo el protagonismo, hay muchas personas inseguras (o que en momentos así se sienten) que necesitan ver fallos o defectos en los demás para no sentirse inferiores o superar la intimidación ante aquellos que de una forma más o menos consciente admiran, y que no por ello debe haber mala intención en sus actos.

Imagen con licencia CC, cortesía de Roman Vanur.


jueves, 18 de abril de 2013

Buscando



Hoy, una vez más volveré a escribir sobre la serie que me abrió las puertas del apasionante mundo de las series de televisión de la primera década del siglo XXI.

Como ya sabrás, en Perdidos es grande la cantidad de personajes que aparecen en la serie y que tienen un considerable protagonismo, por lo que es más que normal hacerse ideas equivocadas sobre alguno de ellos. Muchos fuimos los que nos equivocamos con el provocador Sawyer, nos dejamos engañar con Henry (Benjamin Linus) o nos confundimos con la desconfianza de Rousseau, pero personalmente, no fue uno, sino dos, los personajes que más me sorprendieron en las primeras temporadas de la serie: Sun y Jin.

El matrimonio coreano era aparentemente distante al grupo, muy cerrado en sí mismo y con actitudes muy retrógradas como lo que parecía un desacerbado machismo por parte de Jin. A ojos de los demás, el distante pescador oprimía y anulaba a su esposa, que parecía algo más dispuesta a relacionarse con el resto de supervivientes al accidente.

En la segunda temporada de la serie y durante un periodo en que por diferentes motivos estuvo lejos de su esposo, Sun perdió su alianza de boda. Al ser conocedora del carácter de su esposo y al estar separada de él la desesperación se apoderó de ella, motivo por el cual la buscaba en todos los sitios en los que pudiera o no estar. Considerando que los supervivientes vivían en una isla en algún lugar del pacífico en la que pasaban mucho tiempo en la playa, dar con la reliquia se presentaba como un hecho a priori improbable.

Pasados los días y cuando la desesperación dio paso a la relativización por la pérdida, la joven coreana   dejó de buscar y finalmente encontró el anillo en el momento y lugar que menos habría imaginado.

Imagen con licencia CC cortesía de jvazqu1234

jueves, 11 de abril de 2013

Dejando entrar


Como he comentado anteriormente de una forma más o menos directa, tener prejuicios nos puede impedir disfrutar de ciertas personas o experiencias que a posteriori pueden ser fundamentales en nuestra vida. Al respecto y durante mucho tiempo tuve un más que manifiesto rechazo a Charlie Sheen y la serie "Dos Hombres y Medio". A pesar de que me sorprendiera que el extravagante hijo de Martin Sheen fuera el actor de serie de televisión mejor pagado del mundo (y que quizás conocer este dato fue el que me creó el prejuicio), opté por darle una oportunidad y descubrí que ni Charlie ni su personaje me hacían gracia, pero que la participación de otros personajes secundarios de los que hablaré más adelante, hacían que sin ser nada del otro mundo, la serie mereciera la pena.

En cierto episodio, Charlie llega borracho a casa y con una más que manifiesta torpeza intenta entrar a su hogar de Malibú. Dentro, y con ciertos aires de indiferencia su hermano Alan se percata, y durante un considerable tiempo se queda esperando a pesar de ser conocedor de la infructuosa intención de su hermano.  

De igual forma muchos de nosotros nos vemos en situaciones, en las que nos encontramos con personas que nos interesan o importan e intentan entrar en nuestra vida. Sin embargo, por miedo, dudas, o en la mayoría de las ocasiones falta de avideza o mera pasividad, no nos levantamos a abrir la puerta.

Por ello, te animo a que la próxima vez que alguien que merezca la pena esté a tu puerta intentando entrar, deja de darle vueltas y levántate, ya que si abres existe la posibilidad de que quieras que se quede, y siempre tendrás la posibilidad de volverte a levantar para invitarle a salir. Eso sí... ¡¡¡ten cuidado con los vampiros!!! ;)

Imagen con licencia CC cortesía de Michael Clesle

PD: Este pasaje se lo quiero dedicar a mi amigo Maicol, con quien tantas cosas comparto y que significativamente fue el primero en escuchar hablar de este pasaje.

jueves, 4 de abril de 2013

Los Apuntes del Joven Padawan Volumen 6




El maestro Jedi...


... no siempre elige la ruta más corta.

... en ocasiones sufre, pero impide que el dolor le aparte del camino.

... valora lo mejor del pasado, pero vive el presente.

... busca la profundidad de lo global para afrontar la incógnita de lo superficial.

... se sacrifica, pero antes valora su procedencia.

... encuentra luz en una constante oscuridad.

... comparte o canaliza su malestar, porque es conocedor de su dirección al lado oscuro.


Imagen con licencia CC cortesía de tony sak

martes, 2 de abril de 2013

Cuando 24 horas no son suficientes (Un inciso entre mis pasajes)


De la mayoría de nosotros es sabido que en ocasiones las redes sociales se pueden traducir en una pérdida deliberada de tiempo caracterizada por conversaciones superficiales, donde el síndrome del patio de vecinos y la espía a la vecina de al lado pueden acaparar todo el protagonismo. Sin embargo, como quien dice, "en el uso está la utilidad", y en la red social Facebok, paladín de los síndromes anteriormente descritos puedes encontrar una primera referencia de un entorno personal de aprendizaje donde encontrar desde trucos de bricolaje hasta recetas de cocina, pasando por algunos más que interesantes mensajes de autoayuda (aunque no todos lo son).

En referencia a esta idea de la productividad de las redes sociales, esta mañana me he llevado una grata sorpresa al ver el muro de uno de mis mejores amigos, que he considerado se debería convertir en uno de los incisos entre mis pasajes. A él, Jesús Carvajal, y a dafy.es (procedencia del contenido presentado a continuación) quisiera agradecer el descubrimiento de este fantástico pasaje. 

Espero que os guste:



Cuando las cosas en la vida nos superan, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerda el bote de mayonesa y las dos cervezas:

Un profesor delante de su clase de filosofía, sin decir palabra, cogió un bote grande vacío de mayonesa y procedió a llenarlo de pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. 

Así el profesor cogió una caja llena de canicas y la vació dentro del bote de mayonesa. Las canicas rellenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el bote estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí.

Después el profesor cogió una caja de arena y la vació dentro del bote. La arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un sí unánime. El profesor rápidamente sacó dos cervezas de debajo de la mesa y vació su contenido en el bote y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes rieron.

Cuando pararon las risas el profesor dijo: Quiero que se den cuenta de que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan, son cosas que aunque perdiéramos todo lo demás y nada más nos quedaran estas, nuestras vidas aún estarían llenas. Las canicas son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche,...la arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.

Si ponemos la arena en el bote en primer lugar no habrá espacio para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con nuestra vida, si utilizamos todo nuestro tiempo y nuestra energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos espacio para las cosas realmente importantes.

Presten atención a las cosas cruciales para su felicidad: jueguen con sus hijos, dense tiempo para ir al médico, salgan con su pareja a cenar, practiquen su afición favorita. Ocupen su tiempo en las cosas que realmente importan, establezcan sus prioridades, el resto es sólo arena.

Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó que representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo: "Me alegro de que hayas preguntado. La cerveza sólo muestra que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de cervezas con un amigo."