jueves, 29 de noviembre de 2012

El aleteo de la paloma



Este fin de semana, he tenido el enorme placer de visionar un filme que aúna varias de las ideas y teorías que han rondado en mi cabeza desde que era pequeño y que se concretaron a lo largo de mi adolescencia: Las Posibles Vidas de Mr. Nobody. Personalmente considero que la película en sí es un enorme pasaje del que podemos adquirir gran cantidad de aprendizajes, y por ello, muy posiblemente vuelva a hacer otro post sobre ella y no descarto escribir un artículo monográfico. No obstante, antes de profundizar voy a plantear una cuestión que me sirva para afianzar el mensaje de hoy:

Desde que tengo uso de razón, encuentro en mi entorno personas que se comportan de una forma determinada ante cierto tipo de acontecimientos. Así, muy seguramente conocerás a alguien que no se lava el pelo antes de un examen, que cuando juega su equipo de fútbol se sienta en un lugar determinado, que se pone una determinada prenda cuando sale a ligar, o un largo etcétera.

Si vuelvo a la película que he mencionado, nada más comenzar se expone que de forma intuitiva cuando una paloma acciona una determinada palanca y obtiene una recompensa, asocia que realizar esa acción implica un premio, y por ende... continúa realizándola. Sin embargo, cuando la mencionada recompensa se programa para ser expendida en un tiempo determinado, la paloma no sabe qué es lo que ha hecho bien para recibir dicho premio, y si en ese momento ha movido sus alas, interpreta que ésa es la causa de su recompensa y por tanto cuando quiera comer, aleteará esperando encontrar su recompensa.

Por ello, cuando tu equipo vaya perdiendo y vayas a cambiarte de sitio para que pueda remontar el partido, recuerda el aleteo de la paloma y plantéate la siguiente pregunta:

¿Realmente eres tan poderoso?

Imagen con licencia CC cortesía de 77Orchids



jueves, 22 de noviembre de 2012

Las enseñanzas del Lord Sith


  El Lord Sith...


... no deja que un atisbo de luz empañe su oscuridad.

... no tiene problema en sacrificar, si finalmente obtiene lo que busca.

... brinda ayuda para saciar su vanidad o trazar su estrategia.

... no necesita segundas oportunidades.

... no se altera en las situaciones críticas, lo cual le brinda una considerable ventaja.

... no necesita mirar en su interior antes de cargar con una mentira y...

... dichas mentiras pueden estar cargadas de verdad.




Imagen con licencia CC cortesía de .evenwestvang


PD: Evidentemente, también se puede aprender observando cómo se desenvuelve un Lord Sith.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Manejándonos en la mentira



Desde el auge de las redes sociales se ha generado en nuestra sociedad un nuevo concepto que a mi parecer todavía hoy se está conformando: La identidad virtual. Cuando me encuentro con dicho concepto, sonrío al recordar esa expresión que dice que "no somos ni tan feos como en el carné de identidad, ni tan guapos como en el perfil de Facebook, ni tan interesantes como nuestros comentarios en Twitter." La cuestión hoy se centra en que de una forma u otra tendemos a dejar de "ser nosotros mismos" con objeto de gustar o agradar a los demás, o hacer "lo correcto", sin dar rienda suelta a nuestra verdadera identidad, virtual o no, y debiendo considerar que la libertad de uno termina donde empieza la de otro. Por otro lado, un fenómeno curioso que conecta con lo expuesto hasta el momento es el de la doble identidad que muchas personas mantienen tanto en el mundo cirbernético como en la vida real, y es precisamente ese fenómeno y cómo nos relacionamos o no con él, el que introduce el pasaje de hoy sobre la serie "Dexter":

(Una vez más, no le des a leer más si quieres ver la serie desde el principio)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Los beneficios del té



A lo largo de la corta vida de este blog me he referido en varias ocasiones al mundo del Manga, y cuando era niño me encantaba un particular ánime de un perro investigador que representaba al mismo personaje con el que me reencontré hace un año en la casa de uno de mis mejores amigos. Este personaje no es ni más ni menos que el archifamoso Sherlock Holmes.

En una de las investigaciones en la nueva versión de la BBC, el doctor Moriarti había secuestrado a la casera de Sherlock y Watson. Ante tal adversidad, y dado el apego que ambos sentían por la amable y comprensiva señora, todos se alteraron sobremanera y el nerviosismo se apoderó de la sala en la que eran acompañados por parte del cuerpo de policía.

Pasado el primer impacto de la noticia todos miraron expectantes a Sherlock, que siempre solía tener respuesta para todo, aunque en esta ocasión, para sorpresa de todos mientras sacaba su stradivarius dijo:


"Watson, ve calentando agua."

A lo que su ayudante respondió estupefacto:

"¿¿¿Calentando agua??? ¿¿¿Para qué???"

A lo que respondió:

"Para hacer té."

Ante la sancionadora expresión de su socio y de los demás asistentes, Sherlock matizó:

"Necesito pensar con claridad, y para ello debo relajarme."

Tras tomar el té y acompañar con dos o tres piezas del Barroco, donde otros que le llamaron loco fracasaron, Sherlock acertó.

Por ello, la próxima vez que vayas a juzgar a "un loco" piénsatelo dos veces , ya que en un gran número de ocasiones suelen ir uno o dos pasos por delante.


Imagen con licencia CC cortesía de JBaznet

PD: Cuando en la escuela no se integraba... él atendía a los menos capaces; cuando los docentes no innovaban... él enseñaba sus lecciones con canciones; y cuando no se certificaba el horario extraescolar... él preparaba excursiones los sábados para todos sus alumnos que tanto quería. Por ello, una vez más quiero dedicar este pasaje a mi tío Juan, genio entre genios.

PD2: La próxima vez que te enfrentes a una complicada situación que requiera lo mejor de ti, no dejes que el nerviosismo condicione tu respuesta, y acompaña tu "Paso de Buey" con una buena taza de té.



jueves, 1 de noviembre de 2012

Una segunda oportunidad


Cuando miro a mi alrededor, encuentro cientos de cosas que me acompañan desde que era pequeño y otras adquiridas más recientemente, pero que evocan a épocas pasadas que se extienden hasta el presente. Al pensarlo, me viene a la cabeza una serie con la que prácticamente nos hemos criado: Los Simpsons.

Uno de mis episodios favoritos es uno en que Bart está al borde de repetir curso, y agota el tiempo para estudiar para el examen final. Al verse desesperado y sin tiempo, reza pidiendo un único día más con el que exprimirse al máximo y así pasar de curso con sus compañeros.

Para su sorpresa, el día del examen Springfield amaneció nevado y en la radio anunciaron que por este motivo se suspendían las clases, lo cual le brindaba esa segunda oportunidad por la que horas antes había rezado. Sin embargo, su primer impulso al ver la nieve y pensar que no había clase no fue ponerse a estudiar, sino coger su trineo y disfrutar ese día jugando con sus amigos. De hecho... iba a ser así hasta que su hermana Lisa le recordó que horas antes había rogado un día más para estudiar, y que iba a desaprovechar algo que no se suele dar... una segunda oportunidad.

Como la mayoría sabréis, Bart terminó encerrándose en su casa y solo necesitó unas pocas décimas para aprobar el examen, que fueron amortizadas al demostrar a su maestra que realmente se había esforzado, y que ciertamente tenía los contenidos necesarios para pasar de curso.

Como remarqué anteriormente, no se nos suelen dar segundas oportunidades, pero cuando éstas aparecen la inercia nos puede llevar a desaprovecharlas, así que si por una vez la vida nos guiña en una segunda ocasión... no olvides devolverle una sonrisa.

Imagen con licencia CC cortesía de ludvigvonconrad

PD: Este pasaje se lo quiero dedicar a mi amigo Valentín Cercadillo, gracias al cual aprobé el segundo trimestre de Biología en COU. Cuando me veáis en persona preguntadme por qué, y recordadme que os cuente qué pasó en el primer trimestre.