jueves, 28 de marzo de 2013

Guardando el malestar



Como he comentado con anterioridad, desde que era un niño mi padre me acercó a la lectura a través del mundo del cómic, donde Spiderman siempre tuvo un papel preponderante. A pesar de ello, mi sueño siempre había sido tener un ejemplar de Batman, que por aquellos entonces no era tan fácil de conseguir. Por suerte para mí, hace pocos años pude cumplir mi sueño al llegar un día a casa de mis padres y comprobar que "El Jefe" (uno de los sobrenombres con los que me refiero a mi padre) me había comprado un tomo recopilatorio de los cómics vintage del vengador de la noche.

Entre los diferentes personajes que rodean al alter ego de Bruce Wayne y que pude descubrir desde que disfruté de la primera versión cinematográfica,  hay uno cuya historia me impactó, y hoy me servirá para sembrar la idea del mensaje principal de este pasaje: el Harvey Dent de la versión "The Animated Series" de la Warner Brothers.

El fiscal Dent, tras varias circunstancias llegó a convertirse en un gran amigo para Bruce Wayne, y en más de una ocasión colaboró con Batman en sus esfuerzos por mantener el orden en Gotham. Entre sus características personales destacaban su fidelidad, su nobleza, y un enorme sentido de la justicia que marcaba todas sus actuaciones. No obstante, Harvey tenía una particularidad común a muchos de nosotros: desde que era niño, cuando alguien le ofendía, provocaba o molestaba, en lugar de reaccionar en contra, golpear o simplemente romper a llorar, guardaba para sí toda la ira y el malestar obviando cualquier tipo de desfogue. Esta actitud quizás le hizo evitar muchos enfrentamientos (con todas las consecuencias que suelen traer), sin embargo y como podrás imaginar, durante toda su vida fueron muchos los malestares y humillaciones que tuvo que soportar, y quizás, cuando fue demasiado tarde, toda la rabia contenida durante toda su vida se apoderó de el. A partir de ese momento en que la mitad de su cara quedó completamente desfigurada, todo su odio se concentró y le llevó a convertirse en un criminal llamado "Dos Caras" con una personalidad psicopática y una actitud completamente inestable.

Evidentemente estoy hablando de ficción, y como he comentado antes, en ocasiones puede ser muy procedente evitar un enfrentamiento  o eludir una provocación, sin embargo, cuando pienses guardarte para ti aquello que te haya hecho daño acuérdate de este pasaje, y no esperes a reventar cuando ya no puedas acumular más.


Imagen con licencia CC cortesía de marvelousRoland


PD: Según la mencionada versión "The Animated Series", Harvey comenzó a reprimir su ira a partir del momento en que tras sufrir durante mucho tiempo el acoso de un compañero de colegio, no pudo contener su odio y le propinó un fuerte puñetazo. Al día siguiente de este acontecimiento, ese chico que le molestaba tuvo que ir al hospital por un hecho ajeno al puñetazo de nuestro hoy protagonista, pero Harvey interpretó que él era el culpable de su hospitalización y ésa culpa se apoderó de él. Nunca olvides los peligros de la culpa.

3 comentarios:

  1. Acabo de descubrir que soy un Dos Caras en potencia...

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    1. Todavía estás a tiempo de cambiarlo ;)

      Harvey tenía muy buen fondo, pero fue consciente muy tarde de su situación.

      Muchas gracias por participar.

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  2. Es curioso cómo yo mismo hago diferentes lecturas de mis propios pasajes pasado el tiempo :) La posdata ha sigo hoy muy significativa.

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