La semana pasada en "Aquiles", pudimos ver que gran cantidad de los personajes del mundo de la ficción que aparecen en el presente blog tienen un punto débil que puede convertirse en un gran problema si no toman conciencia del mismo y actúan en consecuencia. No obstante, muchas personas pueden llegar a obsesionarse con mencionada fuente de debilidad, por lo que al respecto, me gustaría centrarme una vez más en el súper héroe al que todos asociamos al desaparecido pero aun carismático Christopher Reeve.
Como ya sabes, en la versión clásica de Supermán su principal fuente de vulnerabilidad es la Kryptonita, que puede acarrearle daños tan importantes como un radical cambio de personalidad o incluso la misma muerte, pero a pesar de ello, no todo el mundo sabe que la simple luz del sol cura sus heridas y le vuelve enormemente poderoso. Por todo, a pesar de que cuando algo nos hace daño o nos debilita nos pueda producir la sensación de ser una auténtica inmensidad, siguiendo el símil con el Hombre de Acero no debemos olvidar que la esencia de Krypton es un producto muy escaso, mientras que el sol...
... suele lucir radiante la mayoría de las mañanas.
En nuestra mano está pues saber buscar toda la luz que nos rodea y no dejarnos vencer por un punto de oscuridad.
PD: Este pasaje surgió de una conversación con un gran amigo al que llamo cariñosamente Obi-Juan Kenobi. Maestro, aunque hayas enfundado el sable láser, tu Fuerza y sabiduría siguen iluminando a los Jedi que luchamos contra el Lado Oscuro.