jueves, 12 de abril de 2012

Poniendo las cartas sobre la mesa



En el pasaje "Abriendo puertas" hablé de una serie que llegó a convertirse en todo un fenómeno televisivo. En mi caso y como recordarás, empecé a verla gracias a la recomendación de un gran amigo, así que para introducir el pasaje que nos acontece me serviré de la sinopsis que éste me hizo en su momento:

"Perdidos es una serie de unos supervivientes de un accidente aéreo que quedan atrapados en una isla aparentemente desierta, en la que suceden cosas extrañas".

(Antes de seguir leyendo te recomiendo que no lo hagas si quieres ver la serie, o si la estás viendo pero no la has terminado. No te preocupes, que esta entrada seguirá estando aquí o en otro sitio para que la puedas leer cuando estés preparado)


En el primer episodio de esta fantástica serie empiezan a cobrar protagonismo un médico llamado Jack, y una misteriosa joven llamada Kate. Desde primera hora queda manifiesta una gran conexión entre ambos, que a medida que avanza la trama va quedando más que explícita tanto para los espectadores como para los demás habitantes de La Isla. Sin embargo, los episodios van pasando y tanto uno como otro no parecen decididos a dar un paso de cara a conseguir el corazón del otro, y empiezan a desarrollar cierta actitud que no consigue más que generar malestar a ambos, así como a terceros.

A pesar de ésto, en el último episodio de la serie, y cuando sabían que jamás podría desarrollarse la relación entre ambos por los hechos que acontecían, Jack y Kate se besaron con el continuo romper de las olas del mar con una pasión que a día de hoy me sigue erizando el pelo. Sin embargo, Jack murió por La Isla, Kate escapó de ella y ahí quedó su amor dejando atrás miles de momentos y oportunidades para disfrutar el uno del otro.

En innumerables ocasiones no ponemos las cartas sobre la mesa por miedo a quedar descubiertos, al "no" por respuesta, o a cualquier tipo de temor, cuando realmente el peor resultado de ese descarte, ese "no", o ese temor, no sería peor que si guardamos las cartas sin jugar.

PD: Fotografía CC cortesía de Mario Inoportuno [www.elojoinoportuno.com]


9 comentarios:

  1. Cito una frase de una película que me encanta, "El bosque" de Shyamalan para ilustrar aún más esta entrada: "A veces no hacemos las cosas que queremos hacer sólo para que los demás no sepan que queremos hacerlas".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una cita sencillamente genial, que complemente muy bien el presente pasaje. Muchas gracias por participar y por tus "+1" Jose.

      Eliminar
  2. Y otra cita que viene al pelo es la de: el "no" ya lo tienes... si actúas y pones las cartas sobre la mesa, alomejor consigues un sí...
    Yo estoy empezando a atreverme a poner las cartas sobre la mesa... y es más divertido....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Carmen, como dices es mucho más divertido y además, el mundo sería mucho más sencillo.

      Eliminar
  3. No vale para nada guardar las cosas, la gente reserva las cosas para que no le hagan sufrir, lo que no saben es k van a sufir de todos modos. Es mejor sufrir y darlo todo, k no hacer algo, arrepentirte y sufrir iguamente

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No dejes de estar con nosotros Milo, y anímate a compartir tus lecturas de estos pasajes. Saludos.

      Eliminar
  4. Quien no arriesga nada, arriesga aún más.

    ResponderEliminar
  5. Hoy he vuelto a leer este pasaje :) Me sorprende a mí mismo.

    Espero que mis pasajes sigan siendo al menos como este.

    ResponderEliminar