jueves, 5 de julio de 2012

El peligro de la inercia


Llegados a este punto, y si sigues con cierta frecuencia el presente blog puede que tengas algo en común con los protagonistas del pasaje que hoy tengo el placer de publicar (yo tengo mucho en común). Los extraordinarios científicos de "The Big Bang Theory", un grupo de jóvenes genios amantes de los cómics, las series y los videojuegos, con muchos conocimientos y unas habilidades sociales en vías de desarrollo.

En uno de los episodios, Leonard lleva varios meses estancado en una relación a distancia con Brilla, la hermana de Koothrappali, y comienza a darse cuenta de que no quiere seguir adelante. A pesar de ello y sin motivo aparente, mantiene el compromiso con la joven indú. 

En uno de esos días, el joven talento encontró una gran tentación en la tienda de cómics a la que solía visitar los miércoles: una chica preciosa, inteligente y tan "friky" como él, que para su propia sorpresa se mostró muy interesada, y le apuntó el teléfono para salir. A partir de ese momento, mil dudas invadieron el privilegiado cerebro de Leonard, que se debatía entre quedar con la guapísima friky y no decir nada a su novia a distancia, no hacerlo y seguir con la inercia, o dejar su relación y abandonarse a la pasión.

Como él mismo manifestó en este episodio, al jugar siempre en "el equipo de los buenos" fue enormemente torpe intentando jugar "al chico malo" quedando con la chica que acababa de conocer sin dejar su relación, y mientras se besaba con ésta no supo gestionar su culpabilidad y terminó contando que ya tenía novia. Al escucharlo, la preciosa tentación se mostró muy enfadada al sentirse defraudada  por el joven genio, y se fue para no aparecer nunca más.

Perdida su tentación y con sentimiento de culpa, Leonard llamó vía Skype a Brilla para contarle todo lo que le había pasado, y fue entonces cuando ella le dijo que para ser sincera, llevaba tiempo manteniendo relaciones sexuales con otras personas.

Como puedes ver, la inercia entraña sus riesgos, y hay quien dice que ciertos trenes solo pasan una vez, y para cogerlos, debes tener preparado el billete para poder subir. No obstante, no hay que ser un genio para saber que más vale ponerse una vez rojo, que ciento amarillo. 

Fotografía con licencia CC cortesía de Photo Extremist.

PD: Este pasaje se lo quiero dedicar a un genio entre genios... mi tío Juan C. Arjona, el primer referente que me viene a la cabeza al pensar en el concepto "creatividad".

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Pepe, porque no estoy acostumbrado a estos lances de que te pongan por las nubes. Gracias, dakon, merçi ja shukran

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    1. De nada hombre! La realidad es la pura realidad.

      Un abrazo.

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