jueves, 20 de septiembre de 2012

Luchadores callejeros



En ocasiones, cuando la melancolía me aborda recuerdo grandes momentos de mi infancia, y como parte de ella, me vienen a la cabeza los grandes amigos, las excursiones, las travesuras, y un largo etcétera en el que puedo incluir lo que es una de mis grandes pasiones: el mundo de los videojuegos.

Desde que descubrí "Athletic Land" hasta que terminé "Dead Space 2" han pasado por mis manos tal cantidad de juegos que creo no podría enumerarlos todos, pero entre ellos hubo uno que desató tal pasión que a día de hoy sigue generando secuelas, películas, series de animación y hasta figuras de acción. Evidentemente estoy hablando del fantástico "Street Fighter 2". Para no irme demasiado por las ramas, hoy me centraré en el protagonista de "Street Fighter I" y en el luchador que tiene sus mismas técnicas, aunque con un estilo mucho más espontáneo.

Ryu y Ken eran alumnos del mismo Sensei, tenían un enorme afán de superación y un descomunal potencial   para la lucha cuando comenzaron con su adiestramiento en las artes marciales, por lo que rápidamente surgió entre ellos una gran amistad. Sin embargo, con el paso de los años, Ryu, japonés de nacimiento, empezaba a destacar sobre el americano por su carácter humilde y metódico, que contrastaba con el exceso de confianza y la espontaneidad de Ken. A ojos del Maestro, Ryu parecía siempre el ejemplo a seguir, lo que consiguió que los celos comenzaran a apoderarse del luchador de kimono rojo.

Ken empezó a discutir por cualquier insignificante motivo , y si éste no se presentaba, provocaba situaciones en las que poder echar algo en cara a su gran amigo, que a su vez sufría al ver que su compañero lo estaba pasando realmente mal. En innumerables ocasiones, el aprendiz japonés intentaba hacer razonar al americano para así mantener la amistad fraguada tras tantos años, obteniendo siempre desprecio, rechazo y una obtusa postura ante el diálogo.

Tras un periodo marcado por la reflexión y sin ningún plazo como consejero, el luchador japonés con todo el dolor de su corazón recogió sus pertenencias y siguió su entrenamiento lejos de Ken, buscando a los mejores luchadores del mundo para seguir puliendo su estilo e intentando ser el mejor.

El éxodo de Ryu supuso en principio un alivio para el luchador rubio, pero con el paso del tiempo comenzó a percibir con objetividad y tristeza los motivos que le habían separado de su amigo, por lo que comenzó a tomarse el entrenamiento mucho más en serio. A partir de ese momento, su objetivo era mejorar como persona y como luchador para alcanzar un nivel que le permitiera encontrar a Ryu, luchar con él y demostrarle que sin perder su estilo desenfrenado también era un luchador metódico y respetable (subyaciendo el objetivo de querer recuperar su amistad).

Cuando finalmente le encontró, su expresión mostraba el miedo que le invadía al no saber cuál sería la reacción del japonés después de tanto tiempo, y era consciente de que su inmadurez podría haber hecho demasiado daño a quien tanto apreciaba y admiraba, pero al percibir esta situación, su amigo le sonrió, le miró a los ojos, y alzó el pulgar hacia arriba como muestra de aprobación, tal y como solía hacer el americano. Tras un fuerte abrazo, procedieron a hacer lo que más les gustaba... luchar.

Imagen cortesía de shanewarne_60000

PD: Este, es otro pasaje que tengo que dedicar a uno de mis primeros maestros en la vida: mi abuelo Bartolo.

7 comentarios:

  1. Puffff... demasiado, que a estas alturas aun sigamos teniendo presente semejante juego, que no es un mero juego de lucha, cada personaje tenia su historia, cada uno enlazadas con la de otros personajes, creando así un universo que nos hace recordar que buena infancia/juventud hemos tenido. y sólo los que indagamos un poco en la historia de esta saga tan extensa sabemos los mensajes que esconde, amistad, rivalidad, amor, traición. Pienso, Pepe, que podrías servirte en mas de una ocasión del mundo de Street Fighter para muchos de tus pasajes. Me ha encantado, un abrazo enorme y sigue con este blog que no solo ayuda, sino que con estos tiempos que corremos nos ayuda a recordar y como resultado, a ser un poquito mas felices.

    Pepe.... eres un Crá!!!

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    1. Rupper... tú sí que eres un crack!

      Me alegra mucho leer tu comentario y su contenido. así que tendré en cuenta volver a tomarlo como referencia para posteriores pasajes.

      Tu frase "... nos ayuda a ser un poco más felices" me ha llegado al corazón.

      Un fuerte abrazo.

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    2. ¡Juegazo con un puesto de honor en la historia del videojuego!

      Me gusta mucho esta entrada. Me hace recordar aquellos tiempos en que apareció la versión original en las recreativas (que por cierto fue el juego que hizo volver a la gente a estos establecimientos que ya estaban de capa caída, a veces se formaban incluso alguna que otra cola para jugar) y me da cierta alegría nostálgica haber vivido esa época siendo un chaval.

      Gran pasaje, Pepe. Saludos.

      Postdata: Y Chun-li fue un icono para todos los adolescentes de aquella época, je, je, je… : D

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    3. :) Chun-li rondó por la imaginación de todos y cada uno de los muchachos que jugaron a este juego. Me alegra que te guste el pasaje.

      Saludos.

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  2. Chn li... marcó un antes y un después en mi ferviente fetichismo por las piernas atleticas (que no muy musculadas)

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  3. Me imagino la situación inversa. Y si el Sensei hubiera puesto la actitud de Ken como ejemplo a seguir por Ryu, ¿como sería la reacción de sus pupilos ante esa situación?

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    1. Pues lo primero que te diría es que es un supuesto que se podría convertir en una de nuestras grandes conversaciones ^^ A bote pronto, creo que Ryu terminaría yéndose igualmente, pero de volver a recuperarse la amistad, sería mucho más tarde que en el supuesto original. Imagino que el ego de Ken subiría hasta niveles insospechados hasta que antes o después (más bien después) terminara aprendiendo "a las malas". En el blog, he escrito del orgullo, pero creo que no he tratado el "ego", y lo peligroso que puede ser alimentarlo sin miramientos, ya que como algunos de los aparatos digestivos de algunos de nuestros amigos: no tiene fondo.

      Gracias por participar, amigo.

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