domingo, 18 de marzo de 2012

Las palabras de la ira



Antes de compartir este segundo pasaje, aclararé que en muchas ocasiones mostraré a determinados personajes en momentos y situaciones que no han sido reflejadas en el cómic, el cine o la televisión. Es decir, con objeto de transmitir un determinado mensaje usaré mi imaginación para presentarlos de tal forma que puedan reflejar aquella parte de su ser que nos convenga conocer, o su forma de resolver (o no) los problemas que se les plantean.

Centrándonos en el pasaje que ahora nos acontece me remontaré a la primera vez que fui al cine. En aquella ocasión, mi padre organizó una excursión con su colegio para ir a ver Supermán III, y por tanto, hoy hablaremos del súper héroe kriptoniano, y aprovecho la coyuntura para agradecer a mi progenitor que me orientara al fantástico mundo de la ficción.

Como ya sabréis, el sol amarillo de nuestro sistema solar brindaba a Clark Kent inmensos poderes que le hacían invencible ante cualquier ataque, por lo que su archienemigo Lex Luthor, no conseguía derrotarle por más empeño que pusiera, y desesperaba por encontrar el punto débil del súper hombre.

En cierta ocasión, en una entrevista con Lois Lane (que al día siguiente fue publicada), Supermán comunicó entre otros aspectos de su personalidad su planeta de procedencia: Kripton. A raíz de ahí, Luthor dedujo que la kriptonita al menos... le debilitaría,  y por tanto, el plan era potencialmente sencillo: solo habría que provocarle para que apareciera y usar el poder de la kriptonita para derrotarle. Sin embargo, la personalidad de nuestro héroe era imperturbable, y parecía no atender a ningún tipo de provocación hasta que en cierta ocasión algún otro malechor realizó un ataque hacia la población civil al que Supermán respondió con una ira que no había manifestado hasta el momento.

A partir de ese instante, todos los ataques de Lex Luthor hacia Supermán, comenzaban con los inocentes como primer objetivo, y con la kriptonita como el primer elemento de sus armas.

PD: En esta, y en la mayoría de las ocasiones, dejaré que seas tú quien extraiga el mensaje principal del pasaje.

Fotografía CC cortesía de funkyah

12 comentarios:

  1. Enhorabuena por la decisión de crear este Blog, sencillamente me gusta que nos hagas pensar, a mí también me sirve.
    Este pasaje me sugiere la envidia de los débiles y cómo hay especialistas en buscar los puntos vulnerables de los demás para poder atacarles, ya que no pueden vencerlos con su inteligencia, su trabajo o su buen hacer.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Maite.

      Cada persona extrae su propio mensaje de cada uno de los pasajes, y este es el tuyo.

      Sigue escuchando a tu corazón e intenta ir más allá de las palabras.

      Un fuerte abrazo.

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  2. En las películas siempre gana el bien. La realidad es bien distinta, Superman estaría muerto hace mucho.

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  3. :) Precisamente es una de las lecturas que se pueden hacer de este pasaje. ¿Cómo lo aplicarías a la vida real (la idea principal de este blog)?

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    1. Supongo que otra posible lectura es que se puede y se debe ser bueno, pero sin cruzar la línea que te convierte en tonto...

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    2. Otra buena lectura. Es un placer ver cómo el blog adquiere dinámica con vuestras aportaciones... :) Gracias!

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  4. La ira tiene el problema añadido de la irracionalidad y la irracionalidad te animaliza y te acerca a la posición del destinatario de tu ira.

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  5. "El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio al lado oscuro"

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  6. Todos tenemos alguna o incluso varias criptonitas que nos debilitan y provocan que actuemos de forma irracional. La teoría nos dice que debemos escuchar nuestro interior en absoluto silencio, trazar un plan y seguirlo con perseverancia y fe en ti mismo, pero como se consigue eso?...

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  7. Si nos basamos en lo expuesto en el presente pasaje, el primer paso debería ser no revelar información que pueda mostrar aquello que nos haga vulnerables, y por tanto, ofrecer la oportunidad o la coyuntura para ser atacados. Respecto a alcanzar el nivel de control que te lleve a aguardar, trazar un plan y desarrollarlo con seguridad, hay que seguir un camino que comienza con trabajar la capacidad de no responder a la provocación. A partir de ahí, habrá que seguir trabajando otras habilidades que no debemos pretender obtener de inmediato y en un único intento. El aprendizaje es un sendero largo, en el que muy seguramente tropezaremos, y cuyo objetivo final nos brinda la oportunidad de aprender de dichos tropiezos.

    Ante todo... paciencia.

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