jueves, 14 de noviembre de 2013

Prestando atención


¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es el sentido de la vida?...

A lo largo de aquellos años en que disfrutamos de la energía que nos da el Universo antes de (volver a) devolvérsela, son miles las cuestiones que nos podemos plantear y cada una de ellas tiene una particularidad que la hace distinta a las demás. Éste, es el caso de la serie Perdidos, que si tiene algún elemento que la caracterice es la cantidad de interrogantes que plantea y que para muchos, de igual forma deja sin resolver. A pesar de que soy consciente de que mi pasión hacia la que considero la joya de J.J. Abrams podría llevarme a abordarla más de la cuenta, en esta ocasión creo necesario volver a inspirarme en ella principalmente por la sorpresa que más de uno se llevará al leer el presente pasaje:

(No sigas leyendo si no has terminado la primera temporada o tienes intención de hacerlo. El que avisa, no hace "Spoilers")

A mediados de la primera temporada, John Locke encuentra por casualidad una escotilla en medio de la isla en la que se desarrolla la serie. Al ser un elemento en principio completamente fuera de contexto, desde ese momento, los que fuimos fieles seguidores empezamos a especular sobre su posible origen y su contenido. Con el paso de los episodios, tanto para personajes como para espectadores la intriga llega a ser tal, que un grupo de supervivientes arriesga su vida transportando dinamita sudada con objeto de abrir mencionado artefacto.

En el camino de la Roca Negra hasta la escotilla, el siempre simpático Hugo Reyes preguntó al místico señor Locke sobre qué creía que habría dentro, y éste, en lugar de contestarle lo que él esperaba le preguntó qué era lo que creía él. Su respuesta fue textualmente la siguiente: 

"Toneladas de precocinados de los años 50 o así, y televisores... con cable, móviles, calcetines limpios, jabón y chocolatinas..."

Finalmente los protagonistas consiguieron abrir la escotilla, pero los guionistas no mostraron el interior de la misma hasta pasados un par de episodios de la siguiente temporada. Por ello, fuimos muchos los que estuvimos esperando con anhelo la revelación del secreto mantenido durante tanto tiempo, y sin embargo cuando salió a la luz...

...nadie recordaba que lo que dentro se encontraba era precisamente lo que Hugo  tiempo atrás había descrito claramente y a viva voz.

Como puedes ver, muchas veces nuestra ansia por responder a nuestros interrogantes (o solucionar las cosas que nos preocupan) nos hacen dar vueltas y más vueltas que no hacen más que alejarnos de su resolución, cuando la respuesta a los mismos...

... está justo delante de nuestras narices.

Imagen cortesía de Wikimedia Commons.

PD: Si quieres comprobarlo, échale un vistazo al minuto 39´ del episodio 24 de la primera temporada, y aprovecho para animarte a que vuelvas a ver de nuevo la serie de cara a que puedas comprobar cómo las piezas encajan, y si quieres terminar de fliparlo (si has visto la serie, claro) mira el minuto 23´06´´ del episodio número 2 ^^.

PD2: Comentarios... por favor.

6 comentarios:

  1. jajajajja increible! me ha encantado! ahora mismo voy a rememorar el cap. Buen aporte Sr. Arjona!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra Rupper,

      ya sabe que es usted el principal culpable de mi pasión por esta serie y quien me enseñó a buscar sus pequeños detalles.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Lo que más jode no es que tengas razón, sino que encima te "permitas el lujo" de darnos una lección de autoayuda con ello.

    Maldito genio...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Jajajaja! Muchas gracias, caballero.

      La verdad es que cuando me di cuenta, sobre todo de lo incluido en la segunda postdata, me quedé como dicen en mi pueblo: "pillando alúas" ^^

      Sin embargo, todavía hay muchas personas que dicen y defienden que la serie no tiene sentido/coherencia. Estas personas están invitadas a compartir un café-coloquio que muy gustosamente realizaría (ya he hecho alguno con amigos, y han terminado satisfechos)

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. exelente! no me acordaba de la respuesta de Hugo... pero lo mejor fue la reflexión final... cuantas veces somos los responsables por complicarnos la vida con presupuestos!... un placer leerlo mi señor...

    ResponderEliminar